Una multitud renovó su desafío en el Transmontaña 2014
Y pasó… la esperada 24ª edición del Clásico de Clásicos, el TRANSMONTAÑA de enduro en parejas y/o equipos, pasó dejando nuevas y sorprendentes marcas, innumerables cantidad de anécdotas, un renovado espíritu de aventura y estrechos lazos de amistad, que comenzaron con las previas en cada rincón de San Miguel y terminaron, para una importante mayoría de festejo y satisfacción plena al llegar a La Sala, mientras para una minoría, fue con sed de revancha de cara a lo que serán las Bodas de Plata del Transmontaña en 2015.
Un triunfo sorpresivo y para muchos inesperado por estos momentos, sentenciado por una de las leyendas vivientes de esta carrera, Walter Ibañez, quién en compañia y formando dupla con José Carbonell, se quedó con la general de la competencia viniendo desde la Seniors B, pero con el antecedente contundente de ser la 10º victoria de Walter en el Transmontaña y 11º de categoría. La lucha que se esperaba estuviera en la Seniors A por el menor tiempo de carrera, quedó trunca en una trepada promediando la carrera cuando la totalidad de los pilotos de la clase élite, debieron trabajar duro y más de la cuenta para pasar, algunos con más de 40 minutos de retraso.
La pericia y experiencia de Walter Ibañez y José Carbonell, les permitieron sortear rápidamente el tapón y lograr una ventaja indescontable.
La fiesta comenzó el Sábado por la tarde-noche frente a la Plaza Independencia, cuando 865 pilotos de todo el país e incluso del extranjero (EE.UU y Francia), realizaron un impresionante desfile frente a la casa de gobierno provincial en el marco de la simbólica, donde se presentaron en sociedad y recibieron obsequios desde la organización. A diferencia del año anterior, esta vez la multitudinaria cita se dió de manera ordenada y prolija, merced a un amplio operativo policial y logístico, comandado por el comisario Díaz de seguridad deportiva de Tucumán y el CTER.
La moto de Giampietri marcó 3 horas 20 en movimiento y 40 minutos detenida, prueba irrefutable que a pesar de “volar” desde Raco a La Sala, no alcanzó para descontar esos 40 minutos buscando paso en el tapón.
A las 08:00 del Domingo, la primer pareja compuesta por Carlos y Ernesto Teseira de Padre e hijo B, puso en marcha el Transmontaña desde Vipos, con un espectáculo difícil de narrar en cuanto a movimiento de gente, nervios, adrenalina y ansiedad. El circuito lució como en sus grandes jornadas, acompañado por un clima inmejorable, el arranque tuvo mucha tierra aunque sin faltar cruces de río hasta el clásico talcal. De allí, comenzó la interminable trepada ancha y veloz hacia las nuevas cumbres a casi 3000 metros, bajando de las mismas guiados por un sendero de vacas casi virgen y el cual había que realizarlo con mucha tranquilidad y sin cometer errores. Quienes llegaban a Raco y conocían ya la propuesta, sabían que les esperaba quizás lo más bello hasta el final, selva, bosques, cañadones y carcavas, que hacen sin duda del TRANSMONTAÑA la carrera más bella y emblemática, donde a través de un acierto de la organización y del encargado de pista Mario Pasteris, la extensión con respecto al año pasado le dió la justa medida.
El alma de esta aventura, el equipo B de Cemino, Ruedi, Mayore y Rodriguez llegando los cuatro pero en tres motos, sobraron ejemplos de compañerismo y comunión entre pares.
Ya sobre la largada de los pilotos de la segunda tanda, el mencionado tapón en la conocida V después del talcal (aseguran que se dió producto de la impericia de unos cuanto pilotos que no se ayudaron entre sí y taponaron al resto), distorsionó los tiempos de carrera en varias categorías incluída la Seniors, aunque sabido es, que el TRANSMONTAÑA es una carrera extensa y no tradicional, donde prima la cooperación y el espíritu endurista que al faltar en algún momento, sumado a casi un millar de motos en pista, detuvieron a muchísimos pilotos en un lugar que se recorre desde hace 24 años.
Momentos como estos a cada instante en la llegada, espuma loca y descontrol para Garcia y Tapia de Tucumán, que completaron el recorrido en más de 6 horas.
Este año al mayor desafío de Sudamérica se sumaron muchos más, desde la crosista nacional sanjuanina Melina Bretillot junto a su madre (llegaron las 2 en la moto de Melina por rotura de la máquina de mamá), hasta pilotos de la pampa mas pampa Argentina como Chivilcoy en Buenos Aires (no vemos montañas ni en fotos decían asombrados), pasando por el también crosista americano Jeremy Hughes (hermano de Ryan piloto del AMA y que de paso tambièn llegó a La Sala). Fue una fiesta, multitudinaria, única y como siempre esperada y desafiante como en sus mejores épocas, quienes lograron cumplir el recorrido, mostraron conmovedoras escenas en el final, a los que se les negó el objetivo, les aseguro una buena noticia, tendrán revancha dentro de un año, la senda estará esperando y vos, seguramente también estarás esperando renovar el desafío de vencerla.
